Retorno al siglo XIII

Author: Pablo Molina /

22 de Febrero de 2010

Por causas ajenas a mi voluntad, me he visto incapaz de publicar entrada alguna en esta última semana; sin embargo, y como consecuencia de la naturaleza de mi trabajo (del que no tengo horario ni jornada fija), he sido consciente de la imposibilidad de publicar post tan amplios y constantes en el tiempo. Por ello, y desde este momento, las entradas no serán tan periódicas, y algunas de ellas mostrarán un contenido más reducido; perdonad por este cambio, pero no me queda otra solución.

No obstante, no he desaprovechado este hiato temporal de 7 días, pues he podido trasladarme por unas horas a la Baja Edad Media; y es que, como todos los años desde 1997, se viene desarrollando en Teruel la escenificación de las "Bodas de Isabel de Segura", un acontecimiento que, por unos días, rescata del olvido a esta capital provincial.

La recreación medieval gira en torno a la relación amorosa entre Isabel de Segura (única heredera de la poderosa familia) y Juan Martínez de Marcilla (descendiente desfavorecido de su clan que, desde las representaciones teatrales barrocas de los ss. XVII y XVIII, comenzó a ser conocido como Don Diego), personajes popularmente identificados como "Los Amantes de Teruel". 

La leyenda reza cómo Diego, no aceptado por la familia Segura como consecuencia de su carencia de bienes y prestigio, buscó renombre marchando a tierras de conquista para, así,  hacerse merecedor de la mano de su amada; no obstante, y temiendo perder a Isabel, Diego consiguió que el poderoso clan le otorgase un plazo de 5 años  para enriquecerse y conseguir desposarse con la heredera (aunque es posible el pacto se estableciese únicamente con Isabel). Pero el destino quiso que Diego regresase 5 años y un día después, encontrándose la ciudad engalanada como consecuencia de los esponsales celebrados entre su querida Isabel y un hermano del Señor de Albarracín.

Ante tal visión, Diego creyó volverse loco, pero consiguió serenarse y, con el amor como bandera, decidió colarse en la cámara nupcial para rogarle un beso a su amada quien, incapaz de romper el juramento de fidelidad que había establecido con el hombre que yacía a su lado, se lo negó; como consecuencia, Diego perdió toda esperanza y, preso del desamor, finalmente cayó muerto.

Cuentan las crónicas que su cuerpo, portado por los criados, fue depositado en San Pedro; pero antes de comenzar los oficios se presentó una mujer que, abrazando con dulzura el cuerpo del difunto, le besó largamente....era Isabel, que habiendo otorgado el último deseo a su amado, y sabiendo que no volvería a sentirle en esta vida, dejó morirse.

Con esta leyenda como telón de fondo, cada tercer fin de semana de Febrero la ciudad de Teruel se cubre de pendones y blasones, mientras sus estrechas calles se inundan de hollín, trovadores, caballeros y bufones que nos transportan a un siglo XIII repleto de encanto y diversión. 



Y, como es costumbre, un link de interés para quien quiera saber más sobre "Las Bodas de Isabel de Segura", festival del que yo soy asiduo, y en el que prácticamente toda la población viste sus mejores galas medievales...

Por ello os animo a ir, pues en pocos lugares veréis una entrega en la que no sólo la gente se involucra, sino que todos los negocios se trasnmutan en sus homólogos del medievo.

2 comentarios:

trasto dijo...

Genial, este pasado verano estuve en Teruel con mi familia, visitamos "los amantes" y nos llamo la atención, sobre todo cuando miras debajo de las esculturas yacentes... lo que no sabía es cuando se conmemoraba esta fiesta. Solucionado! Saludos

Pablo Molina dijo...

Me alegro que a alguien le haya servido de algo lo que escribo. Teruel es una ciudad desconocida y, aunque sea una vez al año, merece la peña ir a disfrutar de sus gentes. Conozco bien esa ciudad por haber trabajado allí, y puedo afirmar que los turolenses son personas de la que aprender y disfrutar. Si algún día piensas volver Trasto, no dudes en preguntarme cualquier cosa que necesites.
Un saludo!!!!

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