La guerra química en la antigüedad

Author: Pablo Molina /

26 de Febrero de 2010

Desde hace cerca de un año tengo conocimiento de un hecho que, por su singularidad, creo que os puede suscitar fascinación, así como plantearos qué de novedoso tienen nuestros modernos sistemas de combate...

Y es que, al contrario de lo que el grueso de la población cree, el empleo de armas químicas para incapacitar al enemigo no constituye un invento moderno; bien es cierto que durante la Primera Guerra Mundial se generalizó el uso de estos elementos, pero su empleo se remonta siglos atrás y, gracias a las últimas investigaciones, puede afirmarse que incluso milenios...

Todo comenzó a principios de la Primera Guerra Mundial, cuando el egiptólogo James Henry Breasted registró los restos de la antigua ciudad de Dura-Europos, nombre de una colonia griega (situada cerca de la moderna ciudad de Salhiyé, en Siria) que se caracteriza por conservar la sinagoga más antigua de la diáspora judía. Ocupada a priori por los babilonios, Dura-Europos fue construida como una base militar seleúcida en torno al año 300 a.n.e. aunque, en el siglo II a..n.e., fue capturada por los partos. Finalmente, en el año 165 fue anexionada por el Imperio Romano, bajo cuya custodia permaneció hasta el 256 (momento en el que fue completamente destruida por el poderoso Imperio Sasánida).


Y, precisamente, es este acontecimiento el que determina el eje fundamental del presente post pues, durante la década de los años 30 del pasado siglo, Frank Cumont y Michael Rostovtzeff llevaron a cabo unas excavaciones en las que sacaron a la luz, en una estrecha galería bajo la base de la muralla, los restos de un grupo de veinte soldados romanos con toda su panoplia...   ¿cómo habían muerto estos combatientes?... bien, en un principio intuyeron que habían fallecido como consecuencia del colapso del túnel (pues los restos no presentaban heridas de armas) pero, 80 años después, Simon James (de la Universidad de Leicester) cree que fueron víctimas de un hecho poco usual: un ataque químico.

Os podréis preguntar...¿y qué pintaban 20 soldados metidos en un túnel? pues, ni más ni menos, que defender su plaza; y es que parece ser que los sasánidas, durante el sitio de las ciudades enemigas, excavaban túneles para socavar las paredes exteriores, hecho que -en el caso de Dura-Europos- no pasó desapercibido para las tropas romanas acantonadas, que optaron por excavar contraminas para interceptarlos. Esto explica por qué se encontraban allí pero, ¿cómo ha podido determinarse que murieron por un ataque químico?... en este caso, el profesor James decidió tomar muestras del suelo para obtener análisis químicos residuales, acción que le proporcionó la evidencia de la presencia de cristales de azufre y betún que, como los especialistas explican, "al ser quemados generan densas nubes de gases asfixiantes"; además, la diposición de los cuerpos demuestra que estos habían sido apilados delibaradamente.

Con estos datos, se ha podido trazar un mapa del desarrollo de los hechos: parece ser que, como era costumbre, los sasánidas habrían comenzado a excavar un túnel para debilitar la muralla, acción que pretendían evitar las tropas romanas mediante la ejecución de otro túnel en dirección contraria, aunque coincidente en su trazado; pero los persas debieron preveer la maniobra y prepararon una trampa a sus rivales: en la boca del túnel por donde suponían que iban a aparecer los romanos, hicieron arder betún y cristales de azufre. De este modo, los gases asfixiantes emitidos mataron a los ignorantes romanos en minutos, acción que permitió a los sasánidas aprovechar los cuerpos para crear una barrera que obstaculizara el paso por el túnel y les proporcionara cierta protección.

Irónicamente, el socavamiento persa de la muralla de Dura-Europos no alcanzó su objetivo, pero es evidente que los sasánidas irrumpieron de alguna manera en la ciudad; de hecho, excavaciones recientes han mostrado la existencia de un sistema de catapultas listo para ser usado contra el interior de la urbe.

¿El resultado?: todos los refugiados tras los muros de Dura-Europos fueron masacrados o deportados a Persia, por lo que los horribles secretos que albergaban sus muros permanecieron inalterados hasta que la investigación arqueológica pudo sacarlos a la luz.






Si queréis saber algo más sobre el enclave de Dura-Europos, aquí os dejo un link cortesía de "Cervantesvirtual".

Como siempre, espero vuestros comentarios!!! y, recordad, ahora podéis extraer todo lo expuesto en este blog en formato pdf...

Retorno al siglo XIII

Author: Pablo Molina /

22 de Febrero de 2010

Por causas ajenas a mi voluntad, me he visto incapaz de publicar entrada alguna en esta última semana; sin embargo, y como consecuencia de la naturaleza de mi trabajo (del que no tengo horario ni jornada fija), he sido consciente de la imposibilidad de publicar post tan amplios y constantes en el tiempo. Por ello, y desde este momento, las entradas no serán tan periódicas, y algunas de ellas mostrarán un contenido más reducido; perdonad por este cambio, pero no me queda otra solución.

No obstante, no he desaprovechado este hiato temporal de 7 días, pues he podido trasladarme por unas horas a la Baja Edad Media; y es que, como todos los años desde 1997, se viene desarrollando en Teruel la escenificación de las "Bodas de Isabel de Segura", un acontecimiento que, por unos días, rescata del olvido a esta capital provincial.

La recreación medieval gira en torno a la relación amorosa entre Isabel de Segura (única heredera de la poderosa familia) y Juan Martínez de Marcilla (descendiente desfavorecido de su clan que, desde las representaciones teatrales barrocas de los ss. XVII y XVIII, comenzó a ser conocido como Don Diego), personajes popularmente identificados como "Los Amantes de Teruel". 

La leyenda reza cómo Diego, no aceptado por la familia Segura como consecuencia de su carencia de bienes y prestigio, buscó renombre marchando a tierras de conquista para, así,  hacerse merecedor de la mano de su amada; no obstante, y temiendo perder a Isabel, Diego consiguió que el poderoso clan le otorgase un plazo de 5 años  para enriquecerse y conseguir desposarse con la heredera (aunque es posible el pacto se estableciese únicamente con Isabel). Pero el destino quiso que Diego regresase 5 años y un día después, encontrándose la ciudad engalanada como consecuencia de los esponsales celebrados entre su querida Isabel y un hermano del Señor de Albarracín.

Ante tal visión, Diego creyó volverse loco, pero consiguió serenarse y, con el amor como bandera, decidió colarse en la cámara nupcial para rogarle un beso a su amada quien, incapaz de romper el juramento de fidelidad que había establecido con el hombre que yacía a su lado, se lo negó; como consecuencia, Diego perdió toda esperanza y, preso del desamor, finalmente cayó muerto.

Cuentan las crónicas que su cuerpo, portado por los criados, fue depositado en San Pedro; pero antes de comenzar los oficios se presentó una mujer que, abrazando con dulzura el cuerpo del difunto, le besó largamente....era Isabel, que habiendo otorgado el último deseo a su amado, y sabiendo que no volvería a sentirle en esta vida, dejó morirse.

Con esta leyenda como telón de fondo, cada tercer fin de semana de Febrero la ciudad de Teruel se cubre de pendones y blasones, mientras sus estrechas calles se inundan de hollín, trovadores, caballeros y bufones que nos transportan a un siglo XIII repleto de encanto y diversión. 



Y, como es costumbre, un link de interés para quien quiera saber más sobre "Las Bodas de Isabel de Segura", festival del que yo soy asiduo, y en el que prácticamente toda la población viste sus mejores galas medievales...

Por ello os animo a ir, pues en pocos lugares veréis una entrega en la que no sólo la gente se involucra, sino que todos los negocios se trasnmutan en sus homólogos del medievo.

Símbolos velados de la catedral de El Burgo de Osma (III)

Author: Pablo Molina /

15 de Febrero de 2010


Hubo un tiempo en el que la ejecución de graffitis en las paredes no suscitaba el enojo de la población sino, más bien, su elogio y orgullo. Y es que, entre los siglos XVII y XVIII, se generalizó -entre los nuevos doctores titulados- la conducta  de desarrollar en las paredes de algunos edificios públicos (y templos religiosos) los conocidos como vítores: monogramas y representaciones iconográficas que hacían las funciones de "aliento moral" para dar crédito público de quién sobresalía en su ejercicio docente tras alcanzar, generalmente, el grado universitario de doctor; así, este símbolo se disponía precediendo  (o precedido) al nombre del doctorado abreviando la expresión ¡Viva ...y el nombre del hacedor.

Y os podréis preguntar...¿a qué viene esta nueva entrada?; pues bien, se debe a que, haciendo honor al título de esta serie de post dedicados a la Catedral de El Burgo de Osma, en este emplazamiento podemos encontrar numerosos vítores ocultos, reminiscencia del pasado universitario de la ciudad (donde ejerció sus funciones, valga la redundancia, la Universidad de Santa Catalina -s. XVI- que, de un modo intermitente, llegó a acoger las facultades de Teología, Filosofía, Derecho y Medicina hasta 1841, momento en el que acaeció su cierre definitivo).

Estos símbolos, confeccionados con elementos de orígen animal y vegetal (generalmente sangre bovina y aceite/barniz, aunque también eran grabados sobre diversos sillares de los edificios) solían combinar las letras V, I, T, O y R dispuestas al gusto del pintor, aunque pronto adquirió una morfología determinada. No obstante, con el paso de los años se añadió a estos caracteres lo que en heráldica se denomina un "creciente" muy estilizado (y semejante a una C) que, parece ser, aludía al Papa Luna (Benedicto XIII) quien, durante el segundo Gran Cisma de Occidente (ss. XIV-XV), intentó ganarse el apoyo de la Universidad de Salamanca (el buque insignia de la España intelectual del momento) concediéndola numerosos privilegios; en agradecmiento, la Universidad incluyó el creciente invertido en sus escudos, una acción que, siglos después, fue tomada por sus estudiantes, quienes también comenzaron a incluir el símbolo en aquellos primeros vítores, hecho que suscitó no sólo la generalización del uso del nuevo elemento por gran parte del panorama universitario peninsular, sino también la confusión posterior con la expresión "Víctor". No obstante, el uso de este creciente no fue adquirido por la totalidad del ámbito doctoral, pues en numerosos emplazamientos -como es el caso de la Catedral de El Burgo de Osma- el vítor refleja su forma original. Sin embargo, este anagrama solía ir acompañado de otros símbolos, como la corona (que simbolizaba la victoria del estudiante) o la pluma y la espada (que, como no podía ser de otro modo, evocaba la victoria de la sabiduría sobre la violencia y la fuerza bruta).

Algunos investigadores mantienen que el uso de los "vítores" se remonta al mundo clásico, donde los legionarios romanos los plasmaban en sus  escudos como espíritu de victoria (aunque no he podido localizar  prueba alguna al respecto, lo cual puede deberse a mi falta de tiempo, claro). Posteriormente, y tras su uso durante los siglos XVII y XVIII, la "Ley Moyano" (1857) determinó que la única universidad española que expidiese títulos de doctor fuera la Central (Madrid), por lo que el "vítor" cayó en desuso; así permaneció durante más de 80 años hasta que (seguro que muchos de vosotros os habréis percatado) fue asimilado por el franquismo, que lo situó presidiendo la tribuna del Desfile de la Victoria de 1939, así como en numerosos construcciones de la época. Finalmente, en 1954 se eliminó la restricción establecida por la Ley Moyano, por lo que volvieron a utilizarse los vítores, aunque de tamaño más reducido y en lugares muy concretos (de hecho, en la Universidad de Salamanca sigue practicándose esta tradición, aunque sólo pueden ejercerla aquellos que hayan leído la tesis y que, por supuesto, paguen un precio que suele establecerse entre los 300 y 400€).

A pesar de la riqueza cultural y visual que estos símbolos centenarios representan,  y que nos trasladan al momento de máximo esplendor intelectual de El Burgo de Osma, nunca han suscitado el menor interés por parte de las autoridades competentes, por lo que su legado (a no ser que se actúe convenientemente) está abocado a la desaparición total.

Clickando en las fotografías podréis comprobar cúal es la disposición, forma y conservación de los vítores.

Algunos links de interés: Vítores de la catedral de Sevilla (por cortesía de EL PAÍS.com).

Puede que este sea el último post dedicado a los secretos que esconden las paredes de la Catedral de El Burgo de Osma...aunque todo depende de las fuentes existentes que albergue mi facultad respecto a un tema que tengo en mente y que, sinceramente, espero que os agrade. ¡¡¡A ver si tengo suerte!!!

Símbolos velados de la catedral de El Burgo de Osma (II)

Author: Pablo Molina /

12 de Febrero de 2010

Continuando con la temática del post anterior, hoy atenderemos a otro genero de "signo lapidario" que, por sus características, no debería ser considerado (desde mi modesto entender) como una "marca de cantero" al uso.

Al igual que el resto de signos expuestos el pasado 10 de febrero, los que ahora nos ocupan se encuentran en la muro Sur de la Catedral de la Asunción de El Burgo de Osma, en la propia Plaza de San Pedro y, del mismo modo, permanecen ocultos a la espera de ser desvelados por las miradas más atentas; y seguro que muchas comienzan a tornarse como tal  cuando tengan constancia de que, en esta ocasión, tales símbolos están relacionados con una temática tan misteriosa y atrayente como es la "Orden del Temple".

Y es que, del mismo modo que en el resto de construcciones sacras, en los edificios templarios se registran numerosos "signos lapidarios" que, a simple vista, parecen no diferir de las "marcas de cantero" más comunes: flechas, bitriángulos, etc... Sin embargo, un análisis detallado de los grabados permite contemplar un rasgo característico...casi una norma: determinados signos aparecen reflejados en las edificaciones templarias con una continuidad que no se manifiesta en el resto de construcciones medievales, pues mientras que en éstas aparecen al azar (reflejando las "rúbricas" identificativas de los maestros constructores) en aquellas se repiten con una insistencia extraordinaria, una reiteración que hace plantearse la posibilidad de una intencionalidad definida por parte de los promotores de estas construcciones templarias (algunos autores, como Juan Eslava Galán, mantienen que se trata de un código secreto).

Estos símbolos suelen representar estrellas, piezas de ajedrez, flechas, ábacus, grafismos rúnicos, telas de araña, etc...amén de dos símbolos particulares de la Orden del Temple: la debatida Cruz Tau y la que nos ocupa, la Cruz Paté o Cruz Patada; y es que, en el muro Sur de la Catedral pueden observarse no una, sino dos cruces patadas que pueden indicar la participación -o influencia- de la Orden en la construcción del edificio.

Resulta lógico pensar que las marcas de los edificios templarios fueron realizadas por los talladores de la piedra, y no por los propios templarios (aunque algunos de ellos fueron constructores y arquitectos) hecho que generó el surgimiento de una cuestión polémica y difícil de esclarecer: ¿grabaron los Maestros Constructores estos signos por su cuenta? o, por el contrario, ¿lo hicieron bajo la indicación del Temple?. La comunidad internacional se inclina por la primera idea lo que, sin embargo, no ha favorecido la disminución de los interrogantes: ¿por qué esa insistencia en grabar determinados signos, y no otros, en los edificios templarios?; ¿el trabajo era realizado por Grupos de Constructores al servicio especial del Temple? o, por el contrario, ¿estaban formados por templarios que transmitían por herencia sus signos?.

Lo cierto es que no existe una respuesta para ninguna de estas cuestiones, por lo que únicamente podemos contentarnos con la ensoñación que puede provocarnos el visionado de un símbolo ligado íntimamente con esta Orden tan enigmática.


Algunos links relacionados con el Temple y Soria: La ermita de San Bartolomé y la Iglesia de Aguilera (1, 2 y 3). 

Y recordad, podéis dejar vuestros comentarios en el propio post o, si lo preferís, en la sección "Opina" (estoy deseando leer vuestras críticas!!!)

Símbolos velados de la catedral de El Burgo de Osma (I)

Author: Pablo Molina /

10 de Febrero de 2010

Hace poco menos de dos años -e intentando prestar ayuda para la publicación de una obra- fuí consciente de un elemento del que, aunque tenía conocimiento por diversas fuentes, nunca había logrado observar in situ (por falta de tiempo)

Se trata de los signos lapidarios, un fenómeno epigráfico -iniciado a finales del s. X- que, si se presta la suficiente atención, puede localizarse en los sillares de la mayoría de las construcciones sacromedievales, como es el caso que nos ocupa: la Catedral de la Asunción de El Burgo de Osma.

Pero...¿cuál es el significado de estos símbolos?; los gliptografistas suelen coincidir en que, por lo general, estos signos corresponden a "marcas de cantero", es decir, elementos grabados en la piedra que representaban las signaturas personales de los canteros, aparejadores y maestros de obra, a fin de señalar el trabajo realizado y determinar el salario correspondiente (cabe señalar que estos no deben confundirse con los signos de aparejado y puesta de piedras, los cuales no eran más que muescas muy simples que determinaban el lugar de emplazamiento de los sillares).

Como bien se sabe, en un principio los constructores medievales se agruparon en fraternidades o logias que dependían de la Iglesia pero, a partir del s. XII, se desligaron de ésta y constituyeron poderosas organizaciones laicas que alcanzaron una enorme independencia (incluso frente a los poderes eclesiásticos y temporales). De este modo, cuando un miembro novel era aceptado en un gremio, se le porporcionaba una marca que debía reproducir en todas las obras en las que participase; de ahí su enorme difusión, pues aunque cada uno de estos gremios atesoraba, en secreto, unos conocimientos propios y exclusivos del arte constructivo, sus integrantes solían viajar y participar en otras edificaciones a fin de perfeccionar su estilo.

Por este motivo, el tamaño y disposición en el espacio de las "marcas de cantero" no atiende a una norma fija, al igual que sus formas, las cuales reflejan una variedad notable: aspas, triángulos, líneas rectas, segmentos, cuadrados, bitriángulos....precisamente éste es uno de los elementos más reiterados entre las marcas de cantero, fruto de un bagaje cultural que puede remontarse a ámbitos neolíticos (3.000 a.n.e.) y que, en su acepción medieval, pudo incluso señalar el grado familiar-gremial del individuo (como aparece reflejado en la fotografía).

No obstante, no todos los signos lapidarios que aparecen reflejados en un edificio son "marcas de cantero", pues se ejecutaron otras marcas de paso: trazos dejados por compañeros de las diversas logias de canteros, marcas de otros obreros, graffitis de peregrinos e, incluso, símbolos templarios...pero de esto ya hablaré en el próximo post, pues la Catedral de El Burgo de Osma oculta a simple vista muchos secretos.


Algunos links de referencia: Marcas de Cantero en San Miguel de Escalada y Signos Lapidarios de la Catedral de Jaca (ambos por cortesía de Dialnet).

Recuerda, pinchando en las imágenes, éstas se amplían.

Fotografías: Pablo Molina Ortiz

A la sombra de Cervantes

Author: Pablo Molina /

8 de Febrero de 2010

Siguiendo la estela del anterior post, el mismo día en que se inauguró la exposición "El color de los dioses" -y para mi sorpresa- se dió a conocer el contenido de la cápsula del tiempo hallada poco antes bajo la estatua de Miguel de Cervantes, sita en la Plaza madrileña de las Cortes (frente al Congreso de los Diputados).

El continente, una caja de plomo cerrada herméticamente, había sido abierta el día anterior en el MAR, por lo que asistimos -junto al vicepresidente y consejero de Cultura y de Deporte de la Comunidad de Madrid (Ignacio González) y a multitud de medios de comunicación- a la presentación de unos materiales que, desde hacía sólo unas horas, habían vuelto a ver la luz tras casi 200 años de letargo.

Pero...¿qué albergaba el cofre?; pues, ni más ni menos, que otro recipiente contenedor, esta vez de cristal.  Y aquí viene uno de los datos más curiosos: lógicamente, este "arca" protegía un "ajuar", pero parece ser que el excelente estado de conservación que presentaban los materiales se debía -según los propios restauradores del MAR- no sólo al cierre hermético, sino a la utilización de una serie de productos químicos (a modo de insecticida) que protegieron los documentos. Así, en su interior pudieron referenciarse una suerte de objetos que permitieron situar el momento de su colocación bajo la estatua en 1834:

          - Cinco láminas (enrolladas con una cinta plateada) que representaban a la Reina regente María Cristina (1806-1879).
           - Seis láminas que reproducían a Isabel II de niña y adulta, así como al prócer gallego Manuel Fernández Varela,  mecenas que financió la colocación de la estatua de Cervantes.
           - Un ejemplar del Estatuto Real para las Cortes del Reino de 1834, el cual fue redactado por iniciativa del jefe de Gobierno -y diputado liberal- Francisco Martínez de la Rosa, quién pretendía subrayar el fin del absolutismo de Fernando VII.
           - Una efigie del diputado vasco Joaquín María Ferrer.
           - Siete paquetitos de papel que contenían monedas acuñadas antes de 1835.
           - Una medalla cervantina de plata.
           - Cuatro tomos (de los cinco) de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha que contienen una biografía de Cervantes realizada por Martín Fernández de Navarrete (cuya importancia reside en que se basó en la edición de El Quijote de 1608 que incorporaba correcc iones del propio autor); estos volúmenes corresponden a la 4ª edición publicada por la Imprenta Real y la Real Academia de la Lengua Española en 1819.
           - Un relato sobre la vida de Francisco Xavier Mina, sobrino del guerrillero Francisco Espoz y Mina, que marchó a México en 1817 para contribuir a la emancipación de la entonces colonia transoceánica hispana.
           - El testamento del rey Fernando VII, publicado en la "Gaceta de Madrid".
           - El discurso de la regente María Cristina en la apertura de las Cortes.

 En base al análisis de estos materiales, puede apreciarse claramente una defensa del liberalismo frente al absolutismo, una ideología que las autoridades del momento quisieron salvaguardar con el objeto de que llegara intacta a las futuras generaciones.

Cierto es que la presencia del arca plúbea en el MAR fue breve (pues sólo respondió a un análisis previo de los materiales y a su presentación ante los medios) pero, tras 2 meses de investigación, se pretende restaurar y consolidar su contenido para organizar una exposición pública en la Real Casa de Correos (sede del Gobierno regional).
No obstante, y para tranquilidad de todos los románticos, la Dirección General de Patrimonio Histórico prepara una nueva cápsula con objetos del siglo XXI (elegidos bajo la atenta mirada de los madrileños) que será depositada en el mismo lugar en el que esperaba impaciente su homóloga decimonónica.



Aquí os dejo algo de información sobre el Gobierno Liberal y el Gobierno Absolutista de la España del siglo XIX.

Fotografía: www.periodistadigital.com


El Color de los Dioses

Author: Pablo Molina / Etiquetas:

6  de febrero de 2010

El pasado día 18 de Diciembre de 2009, tuve la oportunidad de acudir a la inauguración de la exposición temporal que, hasta el 18 de Abril de 2010, estará presente en el Museo Arqueológico Regional (MAR) de Alcalá de Henares. "El color de los dioses", al igual que la exposición permanente que alberga el museo, permite la entrada gratuita durante todo su horario laboral (de martes a sábado de 11 a 19 hs., y los domingos y festivos de 11 a 15 hs) y, como su título puede hacer intuir, versa sobre la decoración cromática que presentaba la estatuaria clásica.

Y es que, en contra de la idea generalizada, la mayor parte de las estatuas clásicas (al igual que edificios como el Partenón) estaban profusamente decoradas con una amplia gama de pigmentos que las aportaban viveza y expresividad. Este conocimiento, fruto de los análisis sobre muestras tomadas de la superfice del conjunto estatuario, no sólo indican esta cualidad cromática, sino que apuntan a que el color debió constituir una parte fundamental de la concepción escultórica, de sus contenidos y de sus propósitos narrativos, expresivos, simbólicos y estéticos.

Tras recorrer la Gliptoteca de Munich, los Museos Vaticanos, la Gliptoteca Ny Carlsberg de Copenhague y el Museo Nacional de Arqueología de Atenas, finalmente la exposición aterriza en España donde, como en el resto de sedes, muestra reproducciones realizadas por un equipo multidisciplinar dirigido por Vinzenz Brinkmann, profesor de las universidades de Frankfurt y Bochum, conservador de las colecciones de escultura clásica de la Liebieghaus Skulpturesammlung de Frankfurt y miembro de la Junta Directiva de la Stiftung Archäeologie de Alemania, la cual produce las reproducciones y promueve la itinerancia de la muestra.

Sin duda, una exposición que no debéis dejar escapar, y más teniendo en cuenta que es gratuita!!!!.

Fotografías: Pablo Molina Ortiz.

¿Dónde estuvo realmente el "Coloso de Rodas"?

Author: Pablo Molina / Etiquetas:

 5 de Febrero de 2010

¿Quién no se ha hecho alguna vez esta pregunta?... y es que una de las imágenes más recurrentes en el imaginario popular (fundamentalmente generada por el visonado de numerosos largometrajes del género peplum) es la de las embarcaciones entrando por la bocana del puerto de Rodas bajo las piernas de la colosal estatua del dios Helios. Pero el carácter histórico que, supuestamente, poseían éstas imágenes, quedó en entredicho como consecuencia de las revelaciones hechas, en la revista P. M. History (mayo 2008), por la arqueóloga muniquesa Úrsula Vedder.


Según la tradición, tras la muerte de Alejandro Magno se iniciaron las luchas sucesorias entre el rey egipcio Ptolomeo y el macedonio Demetrio "Poliorcetes"; éste último, en su afán por doblegar a su enemigo, buscó infructuosamente una alianza con los rodios, lo cual provocó que decidiese sitiar la ciudad en el 305 a.n.e. para obtener forzosamente su apoyo. Pero la ciudad sitiada resistió y, derrotado, Demetrio se vió obligado a retirarse, no sin antes abandonar en la ciudad abundante material, el cual fue utilizado por los rodios para fabricar e instalar en el puerto (actualmente llamado Mandraki) una gigantesca estatua dedicada al dios Helios.


La obra se inició, aproximadamente, en el 292 a.n.e. y, para su construcción, se emplearon 300 toneladas de bronce, las cuales fueron rellenadas hasta la mitad por ladrillos, dejando el resto del espacio interior vacío para facilitar la instalación de una escalera que permitiese la alimentación del fuego; de este modo, se otorgaba a la escultura el carácter de faro para la navegación.


Pero parece ser que en el 227 a.n.e., la estatua se derrumbó como consecuencia de un terremoto, lo cual supuso que sus restos permaneciesen -supuestamente- bajo el mar hasta el año 653, momento en el que el califa Moabiah los recuperó y los vendió en el mercado sirio.

No obstante, han sido numerosos los intentos por recuperar parte de estos restos del fondo del mar, intentos del todo vanos pues, como afirmó Vedder, la estatua no debió estar situada donde se creía, sino en el monte Smith, lugar que destaca sobre Rodas y donde perduran los restos de un templo y un estadio dedicados a Helios, así como una plataforma de piedra de la que se desconocía su función, pero de la que ahora sabemos que sostuvo el peso de la sexta maravilla del mundo antiguo.

Ruta Celtibérica

Author: Pablo Molina / Etiquetas:

4 de Febrero de 2010

En mi afán por conocer en profundidad las raíces de nuestra cultura,  he tenido constancia de que gracias al Centro de Estudios Celtibéricos de Segeda, al Ayuntamiento de Calatayud y al Seminario de Arqueología y Etnología Turolense, desde junio de 2008 está operativa la "Ruta de la Celtiberia", un proyecto con el que las comunidades autónomas de Castilla y León, Castilla la Mancha, Navarra, Aragón y La Rioja participan, de forma conjunta, en la revalorización y puesta en conocimiento de estas zonas de la Península. La Ruta Celtibérica se fundamenta en cuatro pilares:

          - La Historia de las poblaciones conocidas en la Antigüedad como celtíberos.

          - El Patrimonio Histórico celtibérico, representado en los yacimientos arqueológicos y en los objetos en ellos localizados (y, posteriormente, depositados en museos).

          - Los caminos que recorren el territorio de la Celtiberia, uniendo los antiguos hitos históricos, y atravesando parajes naturales de reconocido valor ambiental, cultural, etc...)

          - Los eventos relacionados con el pasado celtibérico, los cuales están rigurosamente asados en la investigación y documentación (congresos; reuniones científicas; exposiciones; actividades de carácter experimental, didáctico y docente; representaciones teatralizadas de carácter histórico, etc...)

Además, cabe destacar el hecho de que en el desarrollo histórico de los celtíberos se integraron tres ámbitos culturales tan diferentes como el celta, el íbero y el romano, lo cual evidencia uno de los ejemplos más claros y singulares de unión y síntesis de la diversidad cultural europea.

Por ello, a través de estos eventos, se pretende la sensibilización y formación de la juventud -y de la sociedad en general- para el conocimiento y disfrute de un pasado histórico único, acción que, a su vez, busca revalorizar una de las zonas más deprimidas demográficamente de España, pues convierte la Ruta en un punto de desarrollo del turismo cultural.

Espero que, con esta breve informacion, consiga picar vuestra curiosidad  por una parte fundamental de nuestra memoria cultural y, de paso, favorecer la afluencia de visitas a estas tierras llenas de magia e historia. 
 
Pinchando en la imagen, se accede al dossier con información ampliada.

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